‘Sold out’ y 90 minutos de emociones fuertes. Alicientes había de sobra para acercarse a Montilivi para disfrutar de una (gélida) noche de fútbol. Dos equipos que necesitaban ahogar sus penas, dar un golpe sobre la mesa y mostrar su mejor versión sobre el césped. Y que el curso pasado se disputaban el liderato de LaLiga.
La historia podía tener mucho que decir, pero el Girona, en ilusión y, sobre todo, en talento, no se quedaba corto. No habían sido capaces de competir de tú a tú al Real Madrid en ambos enfrentamientos, ¿por qué no hacerlo ahora? El ambiente en Montilivi era de gala, la grada se puso en pie, alzando sus bufandas al viento cuando ingresaron los 22 protagonistas al césped.
GRAN INICIO DEL GIRONA
Y lo cierto es que los de Míchel entraron tremendamente bien al partido, ‘enchufados’, siempre fieles a su identidad y aproximándose con cierto peligro al marco que defendía Thibaut Courtois. Se escuchaban los primeros ‘uy’ en la grada y se celebraban los córners como si de penaltis se trataran. La comunión de Montilivi con su equipo era total, impecable. Hasta que llegó el tanto de Jude Bellingham.
Muy poquito necesitó el Madrid para batir a Gazzaniga. Un gol que evidenció la cuenta pendiente que tiene el Girona: la pegada arriba. Y que, sorprendentemente, levantó a más aficionados de los esperados. En el gol sur, la zona de la grada de animación, se celebró con intensidad, de la misma forma que en preferente, que veía como se acercaban los jugadores blancos a festejar el tanto del inglés.
MONTILIVI REACCIONA AL GOL DE BELLINGHAM
La reacción de los aficionados ‘gironís’ de esa zona fue inmediata. Se pusieron en pie y pronunciaron el cántico “fora, fora”, destinado a todas aquellas personas que celebraron el gol y no se encontraban en la grada visitante.
La tensión acrecentó con el inicio de la segunda mitad y el tempranero segundo tanto del Madrid, por obra de Arda Güler. Montilivi enmudeció, había sido un jarro de agua fría, y la grada visitante se hizo notar.
Se lesionó Bellingham y Montilivi lo despidió entre silbidos, e instantes después llegó el tercero de Kylian Mbappé. Y la grada de animación, liderada por un Jovent Gironí que nunca baja sus brazos, incitó a la gente a arropar a su equipo, a animar hasta el final. Una iniciativa, sin embargo, que se vio frustrada con la entrada de Raúl Asencio, recibido de forma hostil.
RECIBIMIENTO HOSTIL A ASENCIO
Nada más entrar en contacto con el balón, el canterano del Real Madrid recibió una sonora pitada. Y así cada vez que participaba en el juego de su equipo.
Unos silbidos que pudieron coger por sorpresa, pues nunca se había enfrentado al Girona y no tenía ninguna ‘cuenta pendiente’. La cuestión es que en septiembre de 2023, Asencio y otros tres canteranos fueron acusados de difundir un video sexual de una menor. El caso se encuentra pendiente de juicio y el club blanco confía en la presunción de inocencia del jugador.
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Montilivi se hizo notar, de la misma manera que parte de la afición mostró su indignación con el debut de Ferran Ruiz, otro de los canteranos acusados y que fichó por el Girona B en verano.
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